Deseo versus abundancia

Estos días vengo meditando más que de costumbre. Quiero contarles lo que apareció en mi meditación de hoy (que fue de casi todo el día). La motivación es compartir lo que siento importante.

El deseo y el apego son dos elementos que nos aseguran el sufrimiento.
Así que me gustaría aprender a no desear.
Y estoy dispuesta a hacer el esfuerzo que se precise.

En mi mirada hacia adentro de hoy me quedó claro que para empezar el camino de no desear, es importante valorar en su justa medida lo que ya se tiene.

¿Qué movimiento interno hago para desear?

– Desprecio el presente
– Miro hacia el futuro
– Quiero controlar el futuro (desprecio la sabiduría de la vida)
– Pongo expectativas en que el futuro sea de la manera que yo creo que convendría que fuera (mientras tanto, el orgullo y la arrogancia celebran una fiesta).

¿Cómo amar a otra persona sin desear?

– Observar el chakra del corazón
– Que no haya tensión, que no esté presente el tironeo del control (el control significa miedo, el miedo es el opuesto al amor)
– Confiar en la sabiduría de la vida
– Valorar el presente y lo que hay tal cual es. Ahí está la clave general para la abundancia.
– Quien se sabe abundante es más generoso.

Cada vez que descubro que emerge un deseo aparece una oportunidad para observarme y volver la atención a la abundancia presente.

Abrazos,
Patricia

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