Ser, sentir y hacer son mis tres pilares y monitores fundamentales.
Ser
Creo que uno tiene que acercarse lo más posible al ideal que tiene para sí mismo. Si deseo ser una persona libre y despreocupada, aventurera y con muchos amigos pero soy alguien depresivo, que vive encerrado y que no festeja los cumpleaños pues no tiene con quién, es buena cosa poder ver la luz roja de “alerta”, que me está indicando que hay una brecha muy grande entre quien quiero ser y quien soy.
Una mirada productiva ante cualquier característica personal o de situación incluye la observación del presente, de mediano plazo y de largo plazo. Quien solo ve el presente y no observa hacia qué dirección quiere ir en el futuro, no puede planificar y queda a merced de las circunstancias externas. A su vez, quien solo ve el futuro y no tiene en cuenta el presente, no podrá disfrutar de hoy pues estará preocupado por un destino que está más adelante (y probablemente siempre lo esté).
Con esta mirada a tres distancias temporales, las preguntas ¿quién soy? y ¿quién quiero ser? son de gran ayuda.
Sentir
Mi segunda pregunta pilar es: ¿Qué siento? Esta pregunta me la hago muchas veces por día. Cuando la respuesta es varias veces seguidas alguna emoción incómoda, acepto la luz roja de alerta y me paro a evaluar qué debo modificar. Siempre con la mirada a tres plazos diferentes, me pregunto también: ¿Qué quiero sentir? Y observo cuánta distancia hay entre la respuesta de qué siento hoy y qué deseo sentir en el futuro. Si no están muy distantes, es buen signo. Si están muy distantes, llegó el momento de cambiar alguna cosa.
De la mano de “¿qué siento?” viene “¿cómo es esto que siento?” y “¿qué información me está dando este sentir?”.
Hacer
Hacer es el tercer pilar. ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué quiero hacer? ¿Qué acciones me llevan hacia quien quiero ser? ¿Qué acciones me hacen sentir como quiero sentirme? ¿Cómo hago lo que hago?
Con estos tres verbos y la mirada a tres plazos voy haciendo los ajustes que considero necesarios para ir acercándome a mi ideal de existencia.
Por supuesto que esto puede llegar a ser muy complejo, pues hay prioridades y aspectos de nuestra vida que pueden tironear para lados opuestos. Pero la observación honesta de estos tres aspectos generalmente nos hace muy fácil la toma de decisiones importantes.
Para acomodar cualquier desajuste en estos tres aspectos uso algunas herramientas:
Coaching: unas pocas sesiones echan luz sobre las dificultades que nos impiden cualquier transformación y nos simplifica actuar en pos de lo que deseamos. Hoy en día contrato un Coach para observar y transformar cualquier cosa que no está resultando todo lo fácil que yo deseo.
Reiki: esta energía amorosa contribuye con el bienestar físico, mental, emocional y energético, muchas veces abriendo caminos en lugares que parecían impenetrables.
Meditación: esta práctica me acerca a quien quiero ser de una manera amable. Vivo la meditación como la manera en la que mi existencia cobra una dimensión espiritual y logro una conexión con mi conciencia y la conciencia universal.
Visualización: una forma muy hermosa de manifestar más fácil y rápido lo que deseamos. Esta práctica también echa luz sobre nuestras creencias limitantes. Conocerlas es un paso esencial para modificarlas.
Ho’oponopono: la mejor solución que conozco a cualquier conflicto.
Publicado: 21 de junio de 2017