¿Prima en tu vida la responsabilidad pero sientes que estás relegando tu felicidad? ¿Persigues tu felicidad y dejas de lado tus responsabilidades?
A veces sucede que la responsabilidad y la felicidad se viven como excluyentes una de la otra y al decidir nuestras elecciones, nos inclinamos por una u otra.
Esta aparente dicotomía se basa en una creencia que fue generada por una combinación de los valores personales y las condiciones ambientales en las que crecimos.
A partir de esta priorización, muchos creemos que no podemos ser felices pues ante todo debemos ser responsables y otros muchos creemos que no podemos ser responsables pues primordialmente debemos ser felices.
La invitación de hoy es a que te abras a la posibilidad de ser responsablemente feliz y felizmente responsable. Ya verás que puede ser sencillo. He aquí un ejercicio que te llevará pocos minutos:
- Haz una lista de tus cuatro responsabilidades principales, con el formato: “Soy responsable de…”, y ponle un tic a aquellas que atiendes responsablemente.
- Haz una lista de las cuatro cosas que te hacen sentir más feliz, con el formato “Soy feliz cuando…”, y ponle un tic a las que te permites disfrutar asiduamente.
Ahora observa qué puedes ver de ti mismo en estas dos listas y sus tics.
Una vez que lo hayas hecho, te invito a que a la lista de responsabilidades principales le agregues un punto más:
“Soy responsable de mi propia felicidad”
Y te invito a que a la lista de las cuatro cosas que te hacen sentir más feliz le agregues un punto más:
“Soy feliz cuando soy responsable”
Una vez que asumimos la responsabilidad de nuestra propia felicidad, nuestras acciones responsables son felices y nuestra felicidad incluye atender nuestras responsabilidades.
A menudo más que tratarse de una elección de acciones se trata de una elección de modo de actuar.
¿Se te ocurre algún cambio que puedas hacer en este sentido?
Te deseo felicidad y responsabilidad,
Patricia
8 de marzo, 2017
Patricia Schiavone 