Desde que resolví dedicarme a pasar reiki, van acercándose diferentes personas a recibirlo y eso me alegra mucho pues me permite hacer lo que sé que tengo que hacer en este momento.
A quienes todavía no tengan experiencia con el reiki, les cuento algunas cosas:
Si sucede algún accidente (quemaduras, golpes, etc.), y se aplica reiki de inmediato, el efecto sanador es muy veloz. Si se tiene una dolencia crónica, a veces el reiki toma algunas sesiones para lograr la sanación, aunque se nota la diferencia desde la primera. Algunas veces (quizás todas las veces, pero por ahora no me animo a afirmarlo) sucede también que una dolencia tiene una razón espiritual y el reiki contribuye a una mayor claridad, resultando en la sanación física.
El reiki colabora con la salud integral de todos. No cura todas las dolencias pues hay dolencias que están cumpliendo una función de enseñanza y lo primero que hace el practicante de reiki antes de ofrecerse como canal es pedir que la sanación se dé siempre y cuando sea lo mejor para la persona que lo recibe, y que sea solo para su bien y para el bien de su camino de vida. Y algunas veces, como dije, necesitamos que la enfermedad permanezca pues aún tiene cosas para enseñarnos. [Para muestra, yo y mi vértigo, que me ha enseñado infinidad de asuntos y me está enseñando en este preciso momento a dedicarme a lo que tengo que dedicarme y no dar más vueltas]. Pero, inclusive cuando la dolencia no desaparezca por completo, el reiki ayuda mucho a reducir síntomas y al bienestar general (energético) de la persona.
Uno puede querer recibir reiki si está sano también. Uno puede querer limpiar su aura y recibir energía sanadora universal para sentirse mejor de lo que se siente, para tener más claridad a la hora de tomar decisiones, para permitirse sentir más amor, para armonizarse con la vida entera, y para mantener la salud también.
En casa hay una camilla preciosa esperando y unos cristales que están muy dispuestos a colaborar conmigo y con las personas que vengan a recibir reiki.
Abrazos contentos,
Patricia
04 de marzo de 2016