Los humanos somos una mesa de tres patas

Nuestra existencia transcurre mientras experimentamos tres aspectos:

  1. Conciencia del Ser
  2. Pensamientos
  3. Emociones

 

Con lo cual podemos decir, metafóricamente, que somos una mesa de tres patas.

 

La aventura de vivir se vuelve más disfrutable e interesante cuando somos conscientes de la importancia de estos tres aspectos y cuando nos adentramos en su conocimiento. Porque conocerlos es conocernos. No hay mucho más.

La práctica de la meditación comienza con un contacto más cercano con nuestra acción más vital: la respiración. Al procurar conocerla mejor, observamos que nuestra mente es inquieta y los pensamientos tan abundantes que a menudo perdemos la capacidad de concentrarnos en la respiración.

En lugar de enojarnos con nuestros pensamientos, admitimos que son nuestros maestros, indicándonos cada vez que la atención se desvió del foco elegido.

Con un gesto interior de agradecimiento, volvemos la atención a la respiración.

Al calmarse la mente podemos percibir completamente el flujo del aire y sus efectos en el plano físico, mental y emocional. ¡Y disfrutarlo! Porque es muy disfrutable.

Una vez que la mente se apacigua, nos observamos pensando:

  • ¿Cómo pienso?
  • ¿Qué sucede con mi cerebro cuando pienso?
  • ¿Qué tipo de pensamientos suelo tener?

Entonces observo que los pensamientos son generadores de emociones. Si siento una emoción, es porque pensé algún pensamiento que la desencadenó. Y a menudo otro pensamiento posterior que la hizo durar más en el tiempo.

Continúo observando y me detengo en las emociones:

  • ¿Qué estoy sintiendo?
  • ¿Dónde lo siento?
  • ¿Cómo es esa emoción? ¿Qué características tiene?

Y la observo sin juicio y sin deseo de cambiarla. La observo pues existe y quiero conocerla. La observo con aceptación y reconocimiento.

La observación amorosa de emociones y pensamientos nos lleva a encontrar la paz y el infinito en nuestro chakra del corazón. Cuando eso sucede, voilá, hemos hecho contacto con nuestra conciencia del Ser.

Ahí, una vez que contactamos con ese lugar tan espacioso y fértil, estamos en las condiciones perfectas para hacernos preguntas importantes:

  • ¿Quién soy?
  • ¿Qué vine a hacer a esta vida?
  • ¿Cómo amo?
  • ¿Quién soy yo cuando amo?
  • ¿Cómo puedo hacer crecer la compasión en mi vida?
  • ¿Cómo puedo ser más útil a los demás?

Y toda otra pregunta que queramos hacernos.

Es posible que algunas respuestas no lleguen en formato de oración, sino que lleguen como una comprensión igualmente fértil y espaciosa en nuestro cuerpo energético. A menudo deja de ser conocimiento y pasa a ser sabiduría.

De la concentración mental que emerge desde el vacío fértil de la conciencia, con la contribución de la respiración abdominal, profunda y lenta, emerge un conocimiento abarcativo, que no solo me comprende a mí sino también a toda la existencia.

 

Con amor, te deseo que te des la oportunidad de ser.

Patricia Schiavone

Hoy es 3 de abril de 2019

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