LA IMPERMANENCIA ES OPORTUNIDAD

Hoy te quiero contar algo muy personal, que siento muy íntimo y profundo.

Ayer mi hijo (24 años) y yo vaciamos su cuarto para que pudieran pintarlo.

Para mí fueron las mejores 6 horas que compartimos en bastante tiempo, porque surgieron muchos diálogos, algunas bromas y varios recuerdos.

Además de haber sido como un juego de estrategia (de dónde en el resto del apartamento ubicar sus muebles y objetos), resultó ser para mí como una clase magistral sobre el apego y la impermanencia.

El momento más exigente, del que todavía estoy asimilando aprendizaje, fue

¡cuando apareció la bolsa con los peluches!

Como en un carrousel infinito, las imágenes de momentos compartidos iban pasando frente a mí, con una mezcla de todas las emociones posibles.

Cuando era chico, Pedro era inseparable de su «Oso Blanco». Se lo regaló mi amiga Ana y por años fue su gran compañero.

año 2006

Gracias a ese amor incondicional que él le tenía a su peluche yo desarrollé un apego importante. ¡Es que con el Oso Blanco tuvimos infinitas charlas de a tres! Yo bañaba al Oso Blanco con igual o más cuidado que a mi hijo, porque era tanto el amor que él le tenía que había que hacerlo sobrevivir lo máximo posible.

Una de nuestras costumbres era inventar historias juntos antes de dormir y de todas esas historias en co-autoría fue la historia titulada «El Oso Blanco» la que sobrevivió hasta hoy.

Si se me generaron todas esas emociones cuando vi al peluche, ¡no tengo palabras para contar lo que me pasó cuando Pedro decidió deshacerse de él!

Haciendo algo muy largo breve, decidí lavarlos y los puse a secar en la ventana de mi cuarto. Pésima decisión… o brillante. ¡Ahora estoy trabajando y aprendiendo con mis Maestros los peluches!!

Calculo que hace más de 15 años que el Oso Blanco y sus amigos fueron empaquetados, con lo cual todas mis emociones refieren a hechos anteriores a eso.

El nivel de apego increíble que descubrí con este evento me hizo mirarme con sorpresa y curiosidad.

¡Es solo un muñeco de felpa!

¡Sé que un día tendré que despedirme de todos los objetos y de todas las personas sin más!

¡Creía que tenía facilidad para soltar objetos!

Pues así están las cosas. Un muñeco de peluche me ha vuelto a poner en el tapete que el apego está latente todo el tiempo y que si cuando llegue el momento, quiero irme bien de este mundo, debo practicar con más esmero soltar y dejar ir con aceptación y alegría.

Por supuesto no es casualidad que esta próxima semana empiece a dar el Seminario La Impermanencia. Hay una ley tácita que lo que enseñas, aprendes por tres. Parece que las lecciones que son para mí ya empezaron a llegar.

Sabemos, o deberíamos saber, que no hay absolutamente nada que no cambie todo el tiempo.

Entonces, sería esperable que tuviéramos incorporada esa verdad y que no viviéramos queriendo retener o fijar las cosas, las personas, los recuerdos.

Como no es así, necesitamos indagar en esta ley natural que obliga a que todo esté en cambio permanente. La buena noticia es que al hacerlo, descubrimos las oportunidades que se abren junto con esa comprensión.

Sucede que como especie tenemos la manía de autoengañarnos y uno de los engaños es que quizás no nos toque despedirnos de esta experiencia 3D. Algunos nos descubrimos diciendo frases tales como «si un día me muero». ¿Perdón? ¿No sería mejor: «cuando me muera»? Porque todos vamos hacia ahí, sin excepción. Solo no sabemos la cronología.

Entender mejor la Impermanencia nos abre muchas comprensiones, que nos generan consecuencias muy valiosas: valoramos mejor el momento presente, ganamos presencia en nuestra vida, generamos una relación diferente con el tiempo, valoramos más a nuestros amigos en el camino de la vida, con sus diferentes roles (sí, también quienes nos causan dificultades), soltamos la procrastinación, soltamos la necesidad de control, comprendemos la inutilidad del miedo, nos inclinamos más hacia la acción y el disfrute, descubrimos la aceptación, soltamos la queja y abrazamos con más fuerza la aventura de conocernos a nosotros mismos y VIVIR de verdad.

Si estás interesado en conocerte mucho mejor, quizás el Seminario La Impermanencia sea una buena decisión. Investigaremos juntos a la Impermanencia y descubriremos todas las oportunidades que nos abre amigarnos con ella y conocerla mejor.

Será los martes de 19 a 21h, presencial (zona Cordón, Mvd).

Empezamos este martes 5 de noviembre y finalizaremos el martes 3 de diciembre.

¡El programa es fascinante!

Aquí puedes verlo:

Abrazos,

Patricia Schiavone

Hoy es 2 de noviembre de 2024 (Día de los Muertos en Uruguay)

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