EL VALOR DE PREGUNTARSE PARA ENCONTRAR EL PROPÓSITO

En casa hace 25 años que hay diálogos interesantes.

Anoche, durante una de esas conversaciones que dejan huella, mi hijo me lanzó una pregunta que resonó profundamente:

«¿Tú para qué seguís viviendo?»

Demoré unos segundos en responder. Unos segundos que, para ser honesta, fueron los más interesantes en mucho tiempo. Esa pregunta abrió en mí un espacio muy preciado.

Cada uno tendrá su propia respuesta a esta pregunta. Tal vez la tengan clara desde siempre o tal vez, como me ocurrió a mí, necesiten esa pausa, ese delay, para buscarla. ¿No es fascinante que una pregunta tan esencial no siempre esté presente en nosotros?

Finalmente, tras ese instante de reflexión, respondí:

«Para conocer la conciencia»

No sé si mi respuesta tuvo mucho sentido para él, porque creo que a Pedro le interesa más el juego de la retórica que llegar a conclusiones compartidas, pero sé que para mí sí lo tuvo, como una brújula indicando la dirección, ahora nítida, de mi existencia.

Ahora te pregunto a ti, que estás leyendo esto, con la misma curiosidad que despertó en mí esta charla:

¿Tú para qué sigues viviendo?

Tómate tu tiempo para responder. A veces es en el espacio entre la pregunta y la respuesta que se encuentra lo más valioso.

Te envío un abrazo,

Patricia

Hoy es 16 de enero de 2025

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