EL PODER DE LA CURIOSIDAD EN LA MEDITACIÓN

Meditar implica buscar nuevas formas, nuevos caminos.

Si vas a meditar con la misma perspectiva con la que te identificas con tu ego, …ya sabes hasta dónde llegará tu indagación.

El elemento imprescindible en una meditación potencialmente efectiva es la curiosidad dispuesta a soltar el pensamiento.

Hay razones por las que algunas personas meditan durante años y no notan grandes logros y otras personas llegan a conocer su verdadera naturaleza con un «esfuerzo» mucho menor.

La curiosidad es esencial porque la actividad meditativa es en realidad la investigación curiosa de uno mismo.

La curiosidad es el combustible principal de la atención y de la constancia, otros dos elementos básicos sin los cuales la autoindagación meditativa se queda muy en la orilla.

¿Qué nos hace meditar? Querer conocernos mejor, querer saber más acerca de nuestra naturaleza, encontrar el sentido profundo de la vida y continuar esta experiencia de ser un ser humano desde un lugar de presencia y claridad. Si no tengo curiosidad, ni empiezo. O empiezo pero no insisto. Y… se necesita insistencia, lo sabemos.

La próxima vez que te sientes a meditar conecta explícitamente con tu curiosidad. Recurre a ella durante tu práctica. A partir de ahí verás cómo tu atención se sostiene más firme, lo cual ayudará a que conozcas más y mejor lo que atiendas o contemples en tu meditación.

Abrazos,
Patricia

Hoy es 18 de abril de 2025.

Esta entrada fue publicada en autoconocimiento, Curiosidad, Meditación y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario