EL SILENCIO: ENERGÍA Y RESPUESTAS

Le tememos al silencio.

El ruido cubre nuestra angustia existencial.

Cubrir no quiere decir hacer desaparecer. Cubre, solamente.

El ruido, además, se come parte de nuestra energía.

Perseguimos el ruido para no quedarnos a solas con esa incomodidad.

Esa incomodidad se debe a la ignorancia de nuestra propia realidad. Ignoramos las respuestas a las preguntas más básicas:

¿Qué soy?
¿Para qué vivo?
¿Quién soy?
¿Qué es la vida?

El ruido nos aleja de esas interrogantes; también, por supuesto, de encontrar las respuestas.

O sea, perseguimos el ruido por miedo.

La paradoja es que mientras continuemos tapando el problema, seguiremos teniendo miedo.

Es mejor enfrentar el miedo de mirar, y lanzarse a la aventura de descubrir qué tiene el silencio para nosotros.

¿Energía?

¿Respuestas?

Quienes ya han encontrado las respuestas afirman que no hay nada que temer.

Quienes hemos encontrado parte de las respuestas afirmamos que lo que se va descubriendo es bellísimo y le da un gusto diferente a cada instante.

Si estás leyendo esto, existe en ti alguna inquietud al respecto.

¿Qué tal si aprovechas este empujoncito y le das, aquí y ahora, la oportunidad al silencio?

Abrazo,

Patricia

Esta entrada fue escrita el 22/06/2024.

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