
Reiki me cambió la vida y hoy te quiero contar un poquito sobre eso.
Recibí mi primera iniciación de Reiki el 27 de abril del año 2013. A partir de ese día Reiki ha sido parte constitutiva de mí. Es a lo primero que recurro ante necesidades personales y es lo primero que ofrezco cuando otro necesita ayuda.
Reiki no faltó en ninguno de los días de estos casi casi 12 años. Ya sea haciéndome el autotratamiento, o enviándole Reiki a distancia a todo asunto que pudiera beneficiarse de él, o, por supuesto, haciendo tratamientos e iniciaciones.
La anécdota de cómo llegué a Reiki es muy preciada para mí, así como todas las anécdotas a través de las cuales mi camino del Reiki ha ido evolucionando.
Hoy tengo ganas de contarte sobre mi primer encuentro con Reiki.
Cuando era más joven estudié un poco de batería y eso hizo que me llenara de amigos bateristas. En una charla con mi querido Camilo él comentó: «vos tendrías que conocer a mi madre». Días después, nos encontramos los tres en el Parque Rodó. Nos presentó y se dio una conexión impresionante. No hicimos lo típico de hablar de superficialidades hasta ganar confianza, no. Desde el minuto uno nos enganchamos a hablar de lo importante y se generó una relación muy bonita.
Un día me prestó una bicicleta y salimos a andar por la rambla. Hacía años que yo no me subía a una, así que prontamente me di un porrazo. El porrazo más tonto y maravilloso. Gracias al dolor extremo, Virginia me preguntó: «¿Querés que te pase Reiki?». Ignoraba todo sobre eso, así que acepté sin expectativas. Lo que pasó me voló la cabeza, sin dudas, pero, además y más inesperado aún, me ensanchó la visión del mundo.
Entre 7 y 10 minutos le tomó a Reiki quitarme por completo el tremendo dolor de la rodilla y volver a sentirme como si nada hubiera pasado. Me sorprendió la sensación que tuve mientras eso ocurría: me parecía que el dolor tenía masa y que esa energía la iba retirando, arrancándola de mi rodilla.
Ante semejante «locura», tuve que preguntar: «¿Y esto dónde se aprende????». Mientras pronunciaba esa pregunta, pensaba: «Si esto existe, ¡lo tiene que conocer todo el mundo!!
El resto es historia. Virginia me respondió: «Soy Maestra de Reiki, si querés te inicio». Una semana después estaba iniciada en Reiki y con la firme decisión de seguir los pasos necesarios para transformarme yo también en una Maestra de esta maravilla.
Con el pasar del tiempo y mirando para atrás, estoy convencida de que esa caída de la bicicleta fue causada por fuerzas superiores para que yo llegase a donde estaba escrito que debía llegar.
Acabo de subir una de mis «torpes» promociones a mi perfil de Instagram. La comparto para ilustrar el punto que sigue.

Digo que mis promociones son torpes pues no he logrado poner en un cartel o en un video de 30 segundos lo que Reiki en verdad es. Aunque sé que tampoco aquí lo lograré del todo, al menos tengo más espacio para explayarme.
Partamos de que es imposible contarle a alguien el poder y el efecto de Reiki y que sea creíble por quien no lo ha experimentado. La única manera de verdaderamente saber de qué hablamos es pasar por una sesión. Mejor que mejor: recibir 4 sesiones seguidas, separadas entre sí por máximo 15 días. Entendámonos: yo tampoco lo habría creído si no me hubiera pasado lo que conté arriba, y con alguien a quien le tengo todo el respeto y la confianza espiritual.
Los ejemplos de los efectos de Reiki son infinitos. Si bien los resultados no son predecibles, y no en todos los casos se consiguen resultados idénticos, aquí listo algunos de los efectos que he comprobado, ya sea en mí misma o en pacientes:
Disminuye y hasta quita los efectos secundarios a los medicamentos.
Disminuye muchísimo los efectos secundarios de la quimioterapia.
Ayuda a dormir mejor.
Quita contracturas, tendinitis y cualquier otro dolor.
Reduce mucho o quita síntomas gripales, tales como dolor de garganta, dolor de cabeza y fiebre.
Evita la formación de ampollas en quemaduras y ayuda a su rapidísima cicatrización.
Suelda huesos quebrados (siempre que se aplique Reiki en el momento inmediatamente después a la quebradura – lo cual es peligroso y no se aconseja).
Alivia cualquier emoción conflictiva; por ejemplo ansiedad, angustia, vergüenza y miedo.
Ayuda a la digestión física biológica.
Ayuda a la digestión metafórica de situaciones desagradables.
Simplifica situaciones.
Mejora relaciones interpersonales.
Limpia energéticamente habitaciones y objetos.
Limpia y revitaliza piedras semipreciosas.
Acelera la sanación de cualquier enfermedad física.
Alivia los síntomas de las enfermedades mentales.
Ayuda a encontrar paz en situaciones de duelo.
Muestra qué es lo importante.
Reconecta con el bienestar general, con la paz inherente al ser humano.
Ayuda a morir en paz.
A pesar de ser tan larga esta larga lista de efectos de Reiki, no es para nada exhaustiva. Por ejemplo, otro efecto, que para mí es quizás el más importante, es que sirve como demostración fehaciente de que la vida es mucho más compleja de lo que percibimos con nuestros 5 sentidos y que hay asuntos invisibles que inciden en nuestra experiencia aunque los ignoremos, por ejemplo una energía amorosa que proviene de algún punto del Universo, y que se transmite de Maestro a Alumno a través de iniciaciones y puede transmitirse de terapeuta a paciente en los tratamientos, logrando resultados notorios y siempre benéficos.
Como te adelantaba en el título, Reiki fue un antes y después para mí pues me reforzó la claridad de que somos seres espirituales y que nuestro vehículo material, llamado cuerpo, no es más que un facilitador de la experiencia terrestre. En cada autotratamiento recuerdo la dimensión espiritual de mi existencia, lo cual tiene un valor indescriptible.
Reiki fue para mí, además, un vehículo que me contactó profunda e inexorablemente con la compasión hacia otros seres. En cada tratamiento me brota el deseo sincero de salud y felicidad hacia el o la paciente que está acostado/a sobre la camilla, o que está recibiendo Reiki a distancia. Esto vino acompañado de una comprensión especial de la interdependencia y otros aspectos importantes.
Mi deseo para todo ser que quiera sentirse bien y conocerse mejor es que comience recibiendo algunos tratamientos y que una vez que conozca las características y el poder de Reiki, se inicie, para poder hacerse su autotratamiento y contar con esta energía en sus propias manos. Si estás leyendo esto y querés iniciar ese proceso, contactame. Si algo adentro te dice que es una buena idea, creéme: lo es.
Un abrazo fuerte,
Patricia Schiavone
Hoy es 7 de marzo de 2025. Sí, vengo un tantín verborrágica. No te preocupes, estas rachas elocuentes nunca duran demasiados días seguidos.
Gracias Patricia! Si vuelvo a Mdeo te voy a visitar x una charla profunda! Me encanta. Abrazo Betins
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