
Se puede meditar para entrar en algún estado alterado de conciencia (algún tipo de sensación extraordinaria, por ejemplo) o se puede meditar con la curiosidad de conocer la verdad (qué somos, qué es la vida, de qué se trata todo esto). No es que la primera esté mal, y de hecho ocurre, pero medito para lo segundo.
Aquí comparto esta propuesta, que tiene un potencial enorme.
En actitud meditativa (o sea, con actitud curiosa y abierta a descubrir algo nuevo):
1) Observa el ritmo del tiempo, el pasaje del tiempo.
2) Luego observa este instante.
Como toda indagación meditativa, se beneficia de unos minutos previos de calma mental.
Como a toda práctica de meditación, conviene repetirla.
Espero que te aporte como a mí.
Buen finde,
Patricia