PUERTA A LA PAZ EN TUS NARICES

Una vez más, vuelvo a la respiración. No porque sea un tema nuevo sino porque es una herramienta que todos tenemos a disposición y que se nos olvida aprovechar.

Sea cual sea tu desafío del momento (laboral, familiar, de salud, etc.), el ingrediente «paz» es vital. No necesito explicarte eso pero resumámoslo por simple consistencia narrativa: la toma de decisiones, las conversaciones definitorias, la conexión de ideas o la creatividad resolutiva es mil veces mejor si parte de la calma que de cualquier otro punto en el espectro de las emociones.

Entonces, vale la pena que investiguemos cómo encontrar paz.

Al contrario de lo que muchos piensan, no es complejo, ni es un recurso de unos pocos.

¡La puerta a la paz está en tus narices!

(By the way: ¿cuántas narices tienes tú? Si solo tienes una, tranquil@, está en esa).

Hay muchas formas de llevar la atención a la respiración y calmar la mente pero hoy te traigo mi favorita:

Observar cómo inspiro y cómo espiro.

3 tips para sacarle el máximo provecho:

1) Toma cada respiración como tu foco de atención único. Luego vas a la siguiente pero de eso te ocupas cuando llegue la siguiente.

2) No busques cambiar la forma en que respiras sino solo conocer la forma en que respiras, y la forma en que respiras, y la forma en que respiras (en cada ocurrencia de respiración).

3) No razones mucho. Buscamos la experiencia directa de contacto entre tu atención y tu respiración. Cuantos más conceptos agregues, más te alejas de la experiencia directa.

¿Qué puedes esperar de este ejercicio tan simple?

Sentir paz.

¿Cómo es que no vivimos todos permanentemente en plena paz si es tan sencillo?

Porque le otorgamos más atención al mundo exterior (interacciones y experiencias sensoriales) que al contacto con nosotros mismos. Además, no se trata únicamente de cantidad de atención sino también de calidad de atención. Con el exterior tendemos a la «fusión cognitiva», que quiere decir que nos sentimos unificados con lo externo.

Con nosotros mismos obviamente somos uno (¡bueno sería que no!) pero con la característica de que nos cuesta más percibirnos. De hecho de esa dificultad que tenemos para percibir nuestro verdadero «Yo» parte la construcción del ego, ese ejercicio de imaginación absolutamente asombroso. Pero no entremos ahí, ese es tema para otro artículo.

La invitación de hoy es simple: observa con toda atención cómo inspiras y cómo espiras. Un ciclo a la vez.

Puede que cuando comiences a atender a tu respiración notes que la respiración es corta, entrecortada o temerosa. No busques cambiarla pero nota cómo cambia con la atención, volviéndose más profunda, abundante y fluida. No tardarás en sentir paz.

Desde ahí, ¡adelante! Con esa base, todo lo que hagas con tu habla, cuerpo o mente estará mejor alineado con el bien mayor de todos los involucrados en la situación.

Por último, notemos lo más obvio (y veamos todo lo que nos aporta): la vida consiste en una sucesión finita de inspiraciones y espiraciones.

Un abrazo,

Patricia

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2 Responses to PUERTA A LA PAZ EN TUS NARICES

  1. Avatar de mangeles Fernandez mangeles Fernandez dice:

    Magnífico uno de los tesoros que todos tenemos y no sabemos utilizarlo como Dios manda,! Muchas gracias querida Patricia y feliz día un fuerte abrazo lleno de amor 🥰💞

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